La revolución científica y el giro copernicano

01.05.2019

La revolución científica 

Lo que entendemos por revolución científica, en nuestra historia europea, no es una revolución que suceda bruscamente, sino más bien un proceso paulatino, una evolución, que se extiende, con límites temporales distintos según los autores, a lo largo de al menos dos siglos, el XVI y el XVII. Tampoco es una transformación que afecte sólo al ámbito puramente científico; en realidad, supuso cambios trascendentales en prácticamente todos los aspectos de la cultura y de la realidad social. El presente trabajo se ha centrado en el siglo XVII, época en la que se puede considerar que culmina este largo desarrollo histórico. Se indican algunos de los rasgos característicos de este siglo, en relación con el mundo de la ciencia, llamando la atención sobre dos hechos de gran trascendencia: la creación y la proliferación de las sociedades científicas y el aumento de las publicaciones relacionadas con el mundo de la investigación, algunas de ellas de carácter periódico. Individuos de diferentes países, que tienen como objetivo común el descubrimiento de los secretos del mundo natural, comparten para ellos actitudes y métodos fundamentalmente nuevos, basados en la observación y la experimentación y, por lo tanto, esencialmente contrastables. Inician así el abandono progresivo del antiguo criterio de autoridad para explicar los fenómenos de la naturaleza, sin que ello represente forzosamente una oposición a las creencias o enseñanzas de la religión, en contra de lo que pudiera pensarse a primera vista. 

Se pone de relieve, sin embargo, la coexistencia en este tiempo, aun estando al final de este proceso de cambio, de creencias y saberes propios de etapas culturales anteriores. Esto ocurre en todos los campos del conocimiento: medicina, astronomía, etc. Se citan algunos ejemplos de controversia y otras curiosidades 

LA REVOLUCIÓN KANTIANA 

Hace más de doscientos años que Kant expuso la insuficiencia del empirismo por desconocer que los objetos del conocimiento deben constituirse sometiéndose al aparato cognitivo del sujeto. 

Su particular Revolución Copernicana consistió en reconocer "que la misma experiencia constituye un tipo de conocimiento que requiere entendimiento y éste posee varias reglas que yo debo suponer en mí ya antes de que los objetos me sean dados, es decir, reglas a priori. Estas reglas se expresan en conceptos a priori a los que, por tanto, se conforman necesariamente todos los objetos de la experiencia y con los que deben concordar" (B-XVII - XVIII). 


Immanuel Kant (AFI: [ɪˈmaːnu̯eːl ˈkant]; Königsberg, Prusia; 22 de abril de 1724-ibídem, 12 de febrero de 1804)
Immanuel Kant (AFI: [ɪˈmaːnu̯eːl ˈkant]; Königsberg, Prusia; 22 de abril de 1724-ibídem, 12 de febrero de 1804)

Nicolás Copérnico

(Torun, actual Polonia, 1473 - Frauenburg, id., 1543) Astrónomo polaco. La importancia de Copérnico no se reduce a su condición de primer formulador de una teoría heliocéntrica coherente: Copérnico fue, ante todo, el iniciador de la revolución científica que acompañó al Renacimiento europeo y que, pasando por Galileo, llevaría un siglo después, por obra de Newton, a la sistematización de la física y a un profundo cambio en las convicciones filosóficas y religiosas. Con toda justicia, pues, se ha llamado revolución copernicana a esta ruptura, de tanta trascendencia que alcanzó más allá del ámbito de la astronomía y la ciencia para marcar un hito en la historia de las ideas y de la cultura.


Nacido en el seno de una rica familia de comerciantes, Nicolás Copérnico quedó huérfano a los diez años y se hizo cargo de él su tío materno, canónigo de la catedral de Frauenburg y luego obispo de Warmia. En 1491 Copérnico ingresó en la Universidad de Cracovia, siguiendo las indicaciones de su tío y tutor. En 1496 pasó a Italia para completar su formación en Bolonia, donde cursó derecho canónico y recibió la influencia del humanismo italiano; el estudio de los clásicos, revivido por este movimiento cultural, resultó más tarde decisivo en la elaboración de la obra astronómica de Copérnico. 

Revolución de Copérnico 

Metáfora con que se alude al cambio radical de perspectiva que supone, respecto de la filosofía tradicional, el planteamiento general de la filosofía de Kant, y al cual él mismo alude en el Prefacio de la Segunda edición de la Crítica de la razón pura. El «giro» -término que proviene de la imagen de las estrellas que giran alrededor del espectador- que Kant es consciente de llevar a cabo es similar al que hizo Copérnico, quien supone que es el espectador el que gira en lugar de las estrellas. El giro copernicano de Kant consiste, por consiguiente, en que él cree que la filosofía, para entrar en el camino seguro del progreso en el conocimiento, ha de hacer lo mismo que hizo Copérnico en astronomía: si éste, para explicar los movimientos celestes, entendió que era mejor partir del supuesto de que era el espectador quien giraba, de manera parecida Kant cree que sólo podemos tener un verdadero conocimiento de las cosas -un conocimiento universal y necesario- si el objeto depende del pensamiento, para ser conocido, y no a la inversa. Éste es el supuesto de que parte la filosofía trascendental de Kant.

La expresión «revolución copernicana» de Kant -para significar este giro kantiano- es menos afortunada. Sin embargo ha sido y es un tópico en la literatura filosófica referirse a la filosofía trascendental de Kant, como a una verdadera revolución copernicana del pensamiento llevada a cabo por Kant, y hasta a que ésta es expresión usada por él mismo.

I. Bernard Cohen demuestra que Kant, en ningún momento se refiere explícitamente a la revolución copernicana ni relaciona con ella su cambio de orientación filosófica, pero que sí habla del cambio que en metafísica debe ser como el de Copérnico en astronomía, y que relaciona el «cambio de método» en filosofía con los habidos en la matemática y en la ciencia natural, «las cuales se han convertido en lo que son ahora gracias a una revolución repentinamente producida»(Crítica de la razón pura, Prólogo Segunda, B XVI), y que, en definitiva, si de alguna revolución habla Kant, ha de ser más bien la newtoniana.

Bibliografía 

Cortés Morató, Jordi y Martínez Riu, Antoni, Diccionario de filosofía Herder, Barcelona, 1991. Recuperado de: https://www.filosofia.net/materiales/sofiafilia/hf/soff_9_6.html 

Fernando Moledo*1 Universidad de Buenos Aires / Conicet - Buenos Aires - Argentina https://www.scielo.org.co/pdf/idval/v66n164/0120-0062-idval-66-164-00013.pdf

 Angel Ruíz Zuñiga "Los orígenes de la revolución científica" https://www.elementos.buap.mx/num14/pdf/69.pdf  

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